martes, 4 de febrero de 2014

ストーリー

Incondicionalmente supe amar, pero... ha llegado el momento de irse y abandonarse a la soledad, no al olvido. Deseo, deseo... deseo zarpar a un lugar donde todos lo desconozcan, donde por un tiempo no logren preguntarme por donde anda este corazoncito y solo  haya presencia de pensamientos transparentes, que no se sepa lo que quieren decir, que no proyecten los sentimientos, porque no importan, hay cosas más importantes.

En tan solo un momento,  puedo observarlo todo y percatarme, el desparecer de mi presencia es el mejor de todos los hechos, porque contra más inexistente ésta sea, mejor dejaré fluir lo dejado, haciendo de mi, algo que queda  atrás y que sin embargo no se dan cuenta que voy por delante.

El sufrimiento se huye ignorándolo, aunque me hace temblar en este vacío, aquel  al que me acostumbro observando, aprendiendo, mejorar y sonreír dentro de él, en manos calientes de personas que saben lo que hay bajo esta capa, heridas del aprendizaje, cicatrices de lecciones que cada día memorizo, que cada día hago que ignoro.

Sonrio, dame un último acorde, entrégame una ultima melodía, haz nacer esta letra, que sea himno de mi vida, de mi experiencia, de mi vivencia. Canto bajo este plenilunio eterno, junto a los lobos, solitarios  esta noches, enamorados de ella... acaríciame dulce ocurrencia, proclamación del revivir de mi yo, cada paso, cada camino, una imagen que no olvido, pero que  se hace más pequeña en este avance continuo, pesado, duro. La experiencia que una gana en cada tomo de esta historia  que a ciegas escribimos, la vida es una improvisación, que soñamos pasarla a limpio cuando la tinta del punto final hace sepultura en su último capítulo.

No corras, pero no pares, vive.

No hay comentarios:

Publicar un comentario