sábado, 15 de febrero de 2014

Moon of Roses...



El plenilunio arropado de nubes,
baila ante la admiración evocada
al pronunciar tu nombre.
Al respirar tu mirada,
invisible, inalcanzada.

Copos de nieve,
reflejan este secreto,
narrándote lo callado
falsa actitud,
cedido reto.

Bajo sepultura te vivo,
esperando la llamada,
ángel de fuego,
la noche canto para ti,
rosa del cielo,
dejada otras manos,
mi perdición en sueños…

lunes, 10 de febrero de 2014

El amor es una moraleja.



La noche acaecía en mi paseo, la brisa acariciaba los árboles, haciendo banda sonora en sus hojas, caminaba y a lo lejos me deslumbre ante la silueta de una joven, las hojas secas caían sobre ella, estaba de espaldas. Frené mi paso y de inmediato la silueta arcana se dio la vuelta para mirarme, me sobresalté un poco, no sabía porque en aquel preciso instante empezó a mirarme. Reanudé el camino hacia aquella extraña silueta, no podía distinguir su rostro debido al contraluz insólito y distanciado. A medida que me acercaba podía visualizar mejor su aspecto, en sus ojos podía hayar dóciles lágrimas caer y a su vez, sus labios sonreían, derrepente eché a correr más y más rápido y también empecé a llorar, a la par que la distancia se acortaba, sus brazos se abrían y cuando llegué al dulce destino, a ellos me entregué, enérgicamente, sin ninguna duda, sin pensármelo dos veces.

Ella me abrazó fuerte y yo respondí a su cuerpo, rodeado, quería sentirla cerca de mí, quería  apoyarme en su cuello y rememorar aquel olor imposible, aquel tacto pasado. Era ella, lloramos con más y más intensidad, la una junto a la otra, débiles caímos apoyando en el suelo las rodillas, pero sin dejar de soltarnos. La  di un fuerte beso en la mejilla y por fin se dejo ver para enviarme una mirada, sus ojos mojados por las lágrimas incidían una magia en los míos, miré sus labios y tuve deseos inexorables de besarlos, no debía, seguía mirándome, silenciosa, ya no lloraba. Corrieron pocos segundos que parecían no pasar, un corto nudo interno de dudas infinitas para hacerlo, pero, dejé de abrazarla y tan solo la dije “Volveremos a encontrarnos”. Seguía mirándome de aquella manera, la solté y  me puse en pie y continué mi paso, convirtiéndome ahora en aquella silueta que en un principio vi, pero sin hojas que caigan sobre ella, esta vez eran las lágrimas de un cielo que se lamentaba junto a un corazón desangrado.

“Mi vida, si te hubiera besado en aquel instante… quizás no te habrías percatado que de la misma manera que te  dejas besar… También dejas perder a una persona cuan no sabes todo lo que te ama…”

martes, 4 de febrero de 2014

ストーリー

Incondicionalmente supe amar, pero... ha llegado el momento de irse y abandonarse a la soledad, no al olvido. Deseo, deseo... deseo zarpar a un lugar donde todos lo desconozcan, donde por un tiempo no logren preguntarme por donde anda este corazoncito y solo  haya presencia de pensamientos transparentes, que no se sepa lo que quieren decir, que no proyecten los sentimientos, porque no importan, hay cosas más importantes.

En tan solo un momento,  puedo observarlo todo y percatarme, el desparecer de mi presencia es el mejor de todos los hechos, porque contra más inexistente ésta sea, mejor dejaré fluir lo dejado, haciendo de mi, algo que queda  atrás y que sin embargo no se dan cuenta que voy por delante.

El sufrimiento se huye ignorándolo, aunque me hace temblar en este vacío, aquel  al que me acostumbro observando, aprendiendo, mejorar y sonreír dentro de él, en manos calientes de personas que saben lo que hay bajo esta capa, heridas del aprendizaje, cicatrices de lecciones que cada día memorizo, que cada día hago que ignoro.

Sonrio, dame un último acorde, entrégame una ultima melodía, haz nacer esta letra, que sea himno de mi vida, de mi experiencia, de mi vivencia. Canto bajo este plenilunio eterno, junto a los lobos, solitarios  esta noches, enamorados de ella... acaríciame dulce ocurrencia, proclamación del revivir de mi yo, cada paso, cada camino, una imagen que no olvido, pero que  se hace más pequeña en este avance continuo, pesado, duro. La experiencia que una gana en cada tomo de esta historia  que a ciegas escribimos, la vida es una improvisación, que soñamos pasarla a limpio cuando la tinta del punto final hace sepultura en su último capítulo.

No corras, pero no pares, vive.