Hay
momentos, en los que es necesario sacar un poquito de lo que una lleva dentro,
porque bueno, soy humana aunque no quiera reconocerlo, pero lo soy, si, Paloma,
reconoce que eres enamoradiza y que muchas veces tus aventuras amorosas han
acabado en completos desastres o en realidades que no eran.
Pero
agárrate, niña, porque esta vez parece que el amor viene a demostrarte la
realidad tal cual, que horror, no, esta vez, sin tanto caos y si lo hay, será
del bueno, te gustará.
No he
olvidado esa necesidad de no querer saber nada respecto al asunto, pero quizás
sea necesario, alguna que otra vez, romper las reglas, porque la verdad, me
gusta romperlas de vez en cuando y si me dicen que no vaya a cierto lugar iré y
si es ir a conocer lugares mejores, me escaparé y no me importa.
Siempre me
han gustado las personas que me aporten cosas nueva, pero sobre todo, que me
lleven a lugares que desconocía y ganarme poco a poco.
Creo que es
bonito conocer personas, amplía capacidades y cubre necesidades sociológicas, socializar…
ay Paloma, como te gusta a ti darle a la palabra, en el fondo sabes que te
gusta hablar y que te hablen… que te hablen mucho (Pero sin llegar a aburrir)
porque también eres muy señorita y resbaladiza, y cuando te aburren, eres
maestra del escapismo en esas situaciones.
¿Qué ocurre
por tus adentros esta vez? Y conociéndote tan bien, dirás “Naaaaadaa ¿Por qué?”
Y sabes que te gusta que te pregunten en el fondo, pero te da vergüenza hablar,
porque reconoces que lo “Lila” no va contigo, pero muy muy muy en el fondo
sabes que eres de lo más rosita que hay.
La verdad,
es que aún no me puedo creer lo que en mi vida ahora causa tanto movimiento,
hace que vaya de un lugar para otro, surgen planes diferentes, más allá de todo
lo que ya creo que conozco, pero no, realmente tampoco lo conozco todo y así
debe ser, entonces aquí la señorita se aburre de nuevo. (Soy tan vulnerable al
aburrimiento)
Y es que si
profundizamos más, alguien nuevo a aparecido en mi vida, dispuesta a decirme
que no todo está perdido, a romper mi renuncia al amor, a demostrarme que dos
personas pueden llegar a ponerse de acuerdo, a lo mejor a saber equilibrarse y
quererse con sus diferencias, a permanecer a lo mejor unidas en lo bueno y en
lo malo, que el tiempo puede ser un arte, que si se sabe usar bien, de él pueden
surgir maravillas, de verdad.
Y es que
ella, consigue transmitirme tanta paz, puede ayudarme a dejar escapar mis demonios con
solo decirme “Mañana te veo”, con ella no hay miedos, los mismos miedos que
atropellaron mi forma de amar. El camino recorrido es corto, pero cuando yo
solo quería olvidar todo lo que me abrasaba, decidió toparse conmigo y
acompañarme, con mi “Dejarme llevar…” y ella…. Se dejó llevar conmigo.
Al fin y al
cabo, soy una persona que empatiza con las personas que le rodean, a veces eso
supone encariñarse poco a poco y ese es el primer paso para caer en desdicha,
hasta ahora siempre lo he visto así, por eso, me he mostrado algo insensible,
ERROR.
Siempre he
necesitado seguridad y mucha confianza en una relación, cuando algo no me gusta
de verdad que no puedo con ello y me hace un ser que simplemente tiene miedo.
Esta nueva
relación me supone mucha paz y tranquilidad, nada que me produzca quebraderos
de cabeza y ralladas (Es lo que más agradezco, de verdad) mis emociones se
mantienen estables y eso supone que agarre confianza, una confianza que con el
tiempo se está haciendo más fuerte, siento que ella estará ahí; y de ella, de
ella solo puedo decir que es PERFECTA, si,
perfecta, no necesito explayarme en la definición, porque sinceramente,
no tiene fin, todos tenemos defectos, pero hasta con ellos la sigo queriendo
igual. Simplemente me siento la chica más afortunada de conocer y de ahora
tener a una persona que me hace sentir la paz completamente, que consiga
hacerme olvidar las palabras “Miedo y inseguridad”, dispuesta a distraerme y
perderme, feliz de saber que recorro este camino agarrada de su mano, sin
intenciones de soltarme, pase lo que pase.
Gracias preciosa.
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| Una tarde, en Loeches, tu y yo, por amor al arte. (Uno de entre todos los momentos) |
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