sábado, 6 de septiembre de 2014

Llamas sobre imágenes.



Jamás mires sobre y más allá de mi almohada, porque lo que antes era un simple algodón ahora no es más que un mullido trozo humedecido, que huele a tristeza, quizás a decepción. Que sabe a sangre y quizás a aceptación.
Jamás mires detrás de las paredes de mi habitación, porque lo que antes era un alegre lugar donde poder pasar el rato ahora tan solo es un agobiante agujero donde tan solo quiero perderme con la melancolía, donde la soledad como la droga, más la necesito, sin querer ser consciente de que me está rompiendo despacio; donde antes sonaban canciones para animar los días ahora los armonizan aquellas que no te permite levantarte de la cama, quedarte tirada, con la mirada perdida, a esperas de que llegue alguna triste hora en la que pueda decidir que hacer conmigo, como querer levantarme y seguir continuando.
El arte me llama, tengo tantas ganas de expresar la pesadilla que pasa, que tengo fantasmas en mi cabeza, que quiero poder sangrarlos en algún lugar, que a ratos pierdo la  cabeza, que dormir es un imposible… que soñar es una ironía… que sonreír es solo un adorno y mi mirada es una llama que se consume.
Que necesitar es nada, cuando solo queda levantarse de esta basura, que es una decepción más y que la amistad vale poco, cuando a nadie le importa que desaparezca, que aunque duela, mil años de soledad y solo un segundo de ilusión, no es lo único que ahora queda, que las manos juntas solo fueron visiones que abracé creyendo como verdades, que es cierto que no importa y que jamás me quedó nada, solo era  yo misma... y así será.

Hacía tiempo que no tenía esta sensación, bueno, quizás en un estacazo que no me esperaba. Ciertamente no importa ya, por eso no quiero preguntar ni replicar nada, porque todo ha quedado claro. No hace falta preguntar a las heridas, porque solo sabrán verter lo mismo sobre un corazón apagado, que pese a su color del desgaste aunque intenta bombear, sin saber buscar, sin saber esperar quizás algo que parecía importante, cuando en realidad solo era un trozo perdido más, que se hizo llamas sobre imágenes que creí que significaron algo.


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