Ropas oscura, muñequera tachuelada, pendientes agarradera o con cruz, dilatación de 3 Mm, mirada penetrante, quizás con una chispa melancólica, dulce, jugadora, lectora del resto de miradas. Ojos negros, caoba oscuro, labios algo carnosos, hermosos cuando se maquillan con morado oscuro o rojo pasión, con una cicatriz en el labio inferior, nariz delicadamente aguileña, minúsculamente, pero notoria. Piel morena, cobre pálido, suave, para que mentir. Pelo totalmente negro, peinadamente despeinado.
Complejos, que intenta olvidar y virtudes que trata de sacar el mayor partido posible.
Joven, como su corazón, aunque cansado de las circunstancias, clandestinas, imposibles, platónicas. Valiente, pero cobarde cada cierto tiempo, actúa en el menos recomendado momento, se esconde en el más oportuno. Chica nerviosa e impaciente, impulsiva, muchas veces ha de contar a 10 antes de decir algo indebido, muchas veces eso no importa, porque el tiempo la trae y la lleva, la balancea con palabras por dejar caer y esperar. Esperar con ilusiones siempre marchitas, pero que no quiere tirar a la basura, es demasiado pronto para hacerlo aun, aunque su corazón no soporte muchas veces la destrucción, ya lo hace en cada amor, que jamás olvida. Ahí esta, preparado para abrazar un sueño, aquel de todas las noches.
Sonrisa junto a unos hoyuelos, curiosos, para algunos "coquetos" aunque para ella autointimidantes, el color de su piel puede ponerse terriblemente roja y con mucha mucha facilidad, es fácil sentir en ella la timidez pero también el paso de su descaro y atrevimiento, la fuerza y lo posible hace de ella sus fieles esperanzas, aunque no espera ningún milagro.
Aprende cuando cae, aprende cuando empieza, y también al levantarse, tiene motivos por los que continuar, el propio sufrimiento lo hace, quiere reírse de él cada vez más con el paso de los días, sus días, con el mismo pensamiento, las mismas lecciones, la misma canción de aquel dispositivo que detesta por ser excesivamente útil. Suena y resuena en su pensamiento una imagen, la de sus metas, el abrazo inconfesado, por ahora, la sonrisa de su nueva luz, aquella, como la del Sol, que sabemos que ilumina nuestro mundo, aquella con la que nunca nos hemos parado a pensar lo bien que nos está alumbrado esta vez, aunque las nubes la tapen. Así es, siempre intentando hacer sonreír hasta el propio sol, aunque también consigue irritar y crear tensión, insistente aunque siempre intenta autocontrolarse, confiar un poco en el tiempo y apoyarse de paciencia, porque intentarán no decepcionarla.
Cargada de desilusiones y despedidas, a veces con un encuentro se olvida... pero eso no importa ahora. Prefiere escuchar la verdad a vivir en una continua duda o lo que es peor, mentira, no le importa saber lo real, jamás se enfada por ello, porque a través de ello solo quiere acentuar su fuerza, aceptar las reglas arbitrarias de la vida y dejar estar, siempre que así se concedan las circunstancias, aunque, siempre caminando a contracorriente, y no en un sentido equivocado, tampoco acertado, si no el que su corazón marca, latido tras latido, un poco de cariño se escapa y se congela el eco que produce lo que por ahora la hace respirar... Voz grave, pero sin llegar a ser ruda, sollozo y palabra verdadera, jamás podría mentir, ya se miente a si misma cada día que pasa, parece que le gusta tropezar con los ojos vendados, hasta que se lo quita y vuelve a empezar el juego.
Aunque pensándolo bien, hacer una descripción, completa y
fiel de mi, me llevaría bastante tiempo, porque cada día soy una cara
diferente, un juego nuevo, una consecuencia y un motivo acompañado del tiempo
que haga ese día o de las cosas que veo y recuerdo, aquellas que cambian el
sentido que antes tenían...
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