"Combatiremos contra Sinh y marcharemos tu y yo a Zanarkand."
Un peregrinaje que en momentos parece ser imposible, llamamiento del fin. No quedan esperanzas para la paz en Spira... eso creía suponer.
Ciertamente hace diez años tuvieron que pasar para compreder toda la gran historia, que lucharemos juntos, siempre, callaremos y bailaremos sobre los que se van. Nuestras lágrimas dejarán hacer un retrato de todas las almas caídas.
La traición y las falsas creencias no cesarán el paso a la guardia.
Hoy me encuentro, en frente tuya, lloras, este lago no quiere dejar caer tus lágrimas, aunque las recoge para reflejarte más hermosa. Por favor... para y besame... olvidemos lo que nos espera y escucha, ahora que la noche parece componernos un rito de amor. Quiero perderme entre tus brazo, mañana al amanecer nos deparará una nueva lucha y no quiero que esta sea la última vez para retratarte con más y mejor esmero en mi memoria... grabar tu tacto...
Yuna...
Lucharemos siempre, unidos... no dejaré que tu vida se rompa al final del camino... en el final de esta fantasía.
Creo que todos los que habéis jugado al Final Fantasy X y os ha gustado, habéis sentido esa unión con el personaje, esa necesidad de luchar por toda aquella esperanza e incluso felicidad, llegando incluso a forma parte del propio jugador. Es la primera vez que juego a un videojuego con el que he experimentado diversas emociones o que me ha hecho volver a sentir emociones que no creía.
He llegado al lago de Macalania (Alguien que entienda el juego sabrá de que hablo ) Y... creo que en ese momento todos quizá nos hemos sentido realmente vivos, sintiendo una emoción especial, casi empatizando con el personaje, creo... que todos nos hemos acabado enamorando aunque sea un poco de nuestra adorable y encantadora invocadora, reviviendo una inspiración pura como si de un dulce hechizo de magia blanca se tratara...
No tengo más que decir... solo dejaros con el bello momento de esta misma.
No hay comentarios:
Publicar un comentario