No quiero que se haga tarde mientras me espero, pero parece que espero a que se haga tarde.
Delicadamente quiero arrancar, pero de manera bastante floja y con una paciencia jamás hallada en mis más desconocidas inquietudes, una "flojera" precavida y poco forzada es la que mantengo mientras en cada día a día que contemplo nada más abrir los ojos, haciéndome la misma pregunta, armandome de valor cada día anterior al siguiente con la esperanza que ese mismo día será el día para declarar y escuchar las más tristes de las verdades y volver con la más dulce de todas las libertades.
Pero hace falta valor, coraje para recaer en la angustia, aquella que se describe como humillación, pérdida de dignidad, rechazo, insultos , daños, derrotas... castigo, pena....
Todo retenido en un potente y gran escudo de orgullo.
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